domingo, 14 de agosto de 2022

Bax

Cuando Julio encontró a Bax muerto, entendió lo de los gorriones que habían invadido el patio trasero de su casa. 

 

¿Psicosis? pensabano, no es psicosis.

 

Bax, el Beagle que había encontrado junto a su novia, ocho años atrás cuando regresaban a casa después de un viaje por carretera. Ahora muerto en el rincón del patio trasero ¿Por qué no lo había visto antes? El olor de un perro muerto es insoportable durante el verano y un verano donde las temperaturas suben hasta alcanzar los cuarentaicinco grados en la escala de los centígrados.

Ahora muerto al lado de su casita de madera un poco gastada por los siete años que la Bax la ocupó.

 

Psicotrópico. No, psicotrópico no es

 

Era un saco de huesos cuando lo encontraron. Rocío lo vio primero, detrás de un montículo de tierra formado dentro de un terreno entre dos casas. Julio fue a por él y Perro-Callejero ni si quiera se esforzó en escapar de las manos de su futuro dueño. Bueno en ese momento no pensaba en ser dueño de Perro-Callejero, solo quería rescatarlo habían pensado en ponerlo en adopción, vacunarlo y ponerlo en adopción.

Vacunarlo, bañarlo y ponerlo en adopción.

Vacunarlo, bañarlo, esterilizarlo y ponerlo en adopción.

Ponerlo en adopción seguía siendo el final del plan para con Perro-Callejero, pero sabemos que siempre mentimos mejor, cuando nos mentimos a nosotros mismos.

 

¿Psicótico? No, Psicótico no

 

Pasaron aproximadamente dos horas y ahora Perro-Callejero paso a ser Baxtter Bernardo el Beagle. Bax para los amigos.

¿Psicofonía? Probablemente, pero no. psicofonía no es

 

Dos meses atrás había llegado el primer gorrión al patio de Julio. Por su puesto que no lo notó ¿Quién nota la presencia de un chilero? Todos los días vemos muchas aves de este tipo en todas partes. Así que ver un gorrión fue algo que Julio pasó desapercibido. Ni cuando llegaron tres ni cuando llegaron cinco o cuando al cambiar el agua del bote rojo de Bax, aventándola hasta el fondo del patio, volaron alrededor de quince gorriones para no ser bañadas con el agua. Aun ahí no se había dado cuenta que cada día aparecían uno o dos gorriones mas en su patio.

 

¿ Psicrolítico? No, psicrolítico no, esa palabra ni existe

Llenar el plato de comida de Bax era más complicado cada mañana, ya que con cada a amanecer parecía que hubiera veinte aves nuevas en el patio, en el techo, en los cables para tender la ropa, en el tejaban para cubrir la herramienta, en el piso, sobre la ventana. Gorriones por todos lados. Psicoanalítico pensaba Julio no psicoanalítico no es, estoy cerca lo sé. Julio no se había sentido bien desde que Chio hizo sus maletas. Ahora no recordaba cuando había sido la última vez que había salido de casa, y no sabía si algún día lo volvería a hacer. Jaja tengo suficiente despensa para pasar todo el maldito verano, el otoño y quizá el invierno aqui. Bax tiene suficiente comida para que YO pase todo lo que resta del puto año aquí. Vete al diablo Chio. Vete al diablo.

 

Psicotomo es un canal de YouTube, pero estoy seguro que es algo así, ya mero Julio, ya mero

 

En realidad, Julio solo escuchaba a Bax correr por el patio, pero ¿de verdad era él quien corría? Bueno, llenaba su plato en la mañana, y por las tardes volvía a agregar un poco más de croquetas, pero ¿verlo comer? verlo comer hacia días que no lo veía comer ¿desde cuándo no te he visto, maldito perro?

Chio se marchó a principios del verano, hoy toca un verano sin ti.

Entonces ¿Cuándo había sido la ultima vez que Julio vio a Bax? Salió a buscarlo, pero la mirada de alrededor de ciento cincuenta gorriones con sus pequeños ojos lo intimidaron y decidió volver dentro. Tomo de nuevo el libro que estaba leyendo miro por encima de las letras, en verdad no tenia ganas de leer nada acerca de un hombre que su vida se ha hecho solitaria y se compara a si mismo con un lobo de la estepa, un lobo estepario.

¿Psicolobo? Pensaba burlonamente no creo que sea eso

Salió de nuevo en busca de Baxter Bernardo el Beagle y nueva mente aparecieron los ciento cincuenta o doscientos gorriones amenazándolo con esos trecientos o cuatrocientos ojos, siguiéndolo con la mirada a cada paso que daba, acosándolo, intimidándolo. Caminó hasta la esquina, donde el patio daba vuelta desde ahí vio a Bax al lado de su casa, miro el plato y estaba lleno -no has venido a comer, debes tener sed y no hambre- siguió adelante para invitarlo a correr como en los viejos tiempo.

– Psicopompos – Grito y giro sobre sus pies – son psicopompos– les gritaba, asustado, a los gorriones – pero solo es un perro ¿Qué hacen aquí? –.

Corrió a su cuarto, cerrado con seguro, no quería que Chio entrara, si acaso intentaba volver, o pensaba en hacerle un poco más difícil encontrarlo colgado en su habitación.

 

Psicopompos Ahora todo estaba claro son psicopompos y vienen por mi

Camino hasta donde estaba Bax acostado ahora huesos sin saco, solo huesos los tomo entre las manos y acompaño a los gorriones.



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